Este no es el único tipo de parto que existe. Últimamente solo se habla del parto en casa, acompañado por tus seres queridos,grabaciones hermosisimas, de lo bonito que es que todo sea de forma natural y gozosa, mi realidad es totalmente diferente, y creo que la de muchas mujeres también, y aún así tengo el recuerdo más hermoso de mi vida estampado en la memoria. Mi cuerpo es un cuerpo de dolor, y aún así con Amor.
Es fácil caer en la comparación, desvalorización y yo misma me acallo diciéndome: No!! No es que estés más o menos empoderada con tu cuerpo Patri, con tus decisiones, no eres ni mejor ni peor mujer, no es que te hayas trabajado más ni menos la maternidad, ni la conciencia del parto y nacimientos. Leí a Casilda Rodrigañez, a Michel Odent, a Ina May Gaskin, a Ibone Olza, por citar algunas, además de las conferencias, artículos, etc, antes de quedarme embarazada, un embarazo deseado. Hice trabajo personal, genealogía, constelaciones familiares, sanación y liberación de memorias uterinas, tomé conciencia de mi Templo, he acompañado a madres dando a luz con mis manos, desde la conciencia del momento sagrado.
¿Conseguí tener un parto idílico? Pues no. Y no soy ni mejor ni peor que las demás mujeres, cada cual lleva su historia y su mochila como puede. Todos los nacimientos son sagrados, y en mi caso las circunstancias no acompañaron, el sueño se desvaneció, no parí sola en casa envuelta de placer. Siento que con tanta información de los partos bonitos, se da a entender que esa es la realidad, lo cotidiano, lo que hacen las mujeres que han tomado verdadera conciencia de su parto, y lo que deberíamos hacer todas las mujeres, como si hubiera partos de primera y otros de segunda, pero a día de hoy no es lo que sucede de forma habitual, la mayoría parimos en el hospital, y me voy a mojar más, no todas podemos parir en una clínica-casa preparada para parir, con un equipo y un quirófano al lado por si hiciera falta, es caro, y tomar la decisión de hacerlo sola, arriesgado. Creo que es el personal y los medios hospitalarios los que deben hacer el trabajo, nosotras ya hemos hecho lo insufrible, deben crear casas paritorios acogedoras, o salas, que ya se están viendo en muchos lugares, con un personal que acompañe y no instrumentalice (que también hay muchos evolucionados, yo dí con una matrona maravillosa), dentro de un contexto hospitalario, donde si hiciera falta, que en muchas ocasiones es necesario, madre e hijo no corran peligro, pues aunque cada vez hay más partos maravillosos, no es la realidad cien por cien, y aún hay complicaciones, sean por exceso de intervención o simplemente porque a veces suceden imprevistos, y son momentos de mucho miedo e indecisión.
Creo que las mujeres estamos dando pasos agigantados en la toma de conciencia para recuperar el parto, pero que aún estamos lejos de ese sueño, algunas llegan y otras no, son muchos años de represión patriarcal y eso no se libera tan rápidamente. Parir sin dolor y con placer, aún no lo he visto nada más que en vídeos, incluso las mujeres multíparas que he visto, en partos rápidos, algo de dolor ha habido. Somos mujeres de la modernidad, impregnadas por esta cultura, por su medicina y forma de vida.
Yo he vivido en África, y mi cuerpo no es como el de esas mujeres, de anchas caderas conectadas a la tierra desde su nacimiento,mi lactancia no puede ser como la de ellas que llevan al bebé pegado al cuerpo día y noche, recuerdo a una compañera enfermera africana, en Camerún que me daba el relevo de la guardia dándole la teta a su bebé, bueno ella no se la daba, el bebé la tomaba a su antojo, esa es la verdadera lactancia,sin demanda, nosotras aquí en estas tierras nos creemos que lactancia a demanda es darle la teta al bebé cada vez que pide, pero eso tampoco es la lactancia, es un gran paso, pero lo verdadero verdadero es que el bebé no pida, sino que lo tome cada vez que él desee, y que tenga acceso al cuerpo de su madre todo el tiempo, damos pasos, y yo al menos hice lo que pude, al igual que el resto,cada cual como puede. Yo vivo sobre el asfalto, y me relaciono en este entorno, voy a la naturaleza cada vez que puedo, me crié en el campo, tiraba los zapatos al llegar a casa de mi abuela, nací como antiguamente, en casa de mi tía, no soy una yupi, sé de donde vengo y dónde estoy.
Vivo con las limitaciones de esta sociedad, doy pasos por mí y las futuras generaciones.
Escribo esto por desmitificar el parto actual y la verdad cotidiana, por hacer valientes a todas las mujeres, con la belleza de todos los nacimientos y el coraje de todas las madres. Estoy segura que cada cual ha seguido su instinto y lo ha hecho lo mejor que ha podido.
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